jueves, 6 de julio de 2017
La Gitanita.
Era tan bonita, con los ojos tan negros y ardientes, con la carita de una gitana, sus pies de muchos andares, buscando la cobija de una manta amiga, de un tierno beso, una caricia llena, descalza y temblando, el invierno en ella se convertía en un cruel silencio, con aquellos ojitos miraba a esos amores pasar frente a su calvario, bailaba en las calles por poquitas monedas y así mantenerse con ese hilito de fuerza, tan bonita, tan solita, jamás lagrimitas, siempre de pie, camina, camina, que cuando me la he cruzado, sus ojos ardiendo en silencio me han hipnotizado, y ella siguió y siguió sin mirar atrás, sin mirar atrás, con su sombra y aquella falda rasgada.
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