martes, 17 de noviembre de 2020

Se amaban tanto, tanto.


 Felicia y Arnaldo se conocían desde muy pequeños, ambos jugaban en la misma plaza pero cada uno con su grupo de amigos, no evitaban las miradas y los secretos en los oídos de sus amigos, Felicia era de clase acomodada, única hija de un matrimonio un poco mayor, acostumbrada a la servidumbre y a los gustos caros, en cambio, Arnaldo , de origen humilde y el cuarto de seis hermanos estaba acostumbrado a no recibir nada a cambio. Estos dos jóvenes llegaron a la adolescencia  y comenzaron a asistir a bailes en compañía de sus amigos, una noche, Arnaldo invitó a bailar a Felicia , ella dudó al principio pero perdiéndose en los ojos verdes de ese muchacho castaño, aceptó con gusto y así se fue enamorando, ambos, bailaron juntos cada vez que podían, conversaban y reían, Arnaldo era muy divertido y cariñoso y Felicia adoraba todo eso de él, después de un tiempo de solo hablar el primer beso llegó cuando él la acompañaba a su casa, ella se entregó a sus brazos y de allí no quería irse, se declararon su amor y que nunca dejarían que nadie los separara.

Al enterarse los padres de Felicia pusieron el grito en el cielo :  ¡que no que no que no!, ¡es un muchacho pobre que no te brindará ningún beneficio! ¡debes casarte con alguien de tu estirpe social!, Felicia se encerró en su cuarto y lloró a mares porque ella sabía bien lo que quería en su vida, amaba tanto a Arnaldo que renunciaría a todo ese lujo por él y así lo haría.

Una noche pactaron juntarse en la plaza , Felicia a escondidas de sus padres, y decidieron un plan de escaparse juntos donde pudieran vivir felices su romance, todo quedó concluido y se despidieron con un beso  hasta que llegara ese momento.

Era medianoche todos dormían y Felicia se dispuso a empezar el plan, empacó su ropa, algunos ahorros y le escribió a sus padres una larga carta pidiendo que no la buscaran , que se marchaba para ser feliz, Arnaldo la esperaba en la puerta de entrada de la casa, ella bajó silenciosamente las escaleras, se despidió de todo, abrió la puerta esta vez para irse para siempre.

Viajaron muchos kilómetros lejos y se hospedaron en una habitación de un pueblucho lejano que nadie conocía, ellos , ambos, estaban felices al fin juntos.

El tiempo pasó y al cumplir ambos 19 años se casaron en una capilla de allí , al poco tiempo Felicia quedó embarazada, con el trabajo de Arnaldo y algunos ahorros que le sobraron a Felicia lograron comprar una pequeña granja donde cultivaban su comida, con el tiempo lograron tener ocho hijos producto de tanto amor que se tenían, Felicia renunció a la buena vida sólo por ser feliz al lado del joven que la había deslumbrado desde pequeña.