Autocuestionamiento.

   ¿Porqué me duele tanto?

¿En dónde estás que no te encuentro?
el pecho me arde de tristeza, por el vacío del amor que no llega
La respiración me quema, por el dolor de la falta de otro corazón
pero aún así, sigo sin explicarme ami misma, todos los días y en cada momento : "¿porqué me duele tanto?.

Por mi , para mi , para mi corazón que late por un ser invisible.

Las mariposas aletean.

Mientras en sus sueños aletean mariposas, él a sus labios más se les acerca, logrando mojarlos de placeres más allá de los cotidianos, la unión de sus cuerpos en cálida desnudez, la satisfacción de transformarse en uno, sus ojos dormidos en campos de rosas silvestres que solo ese mundo imaginario les proporciona, juntos, amantes libres, sobre el vientre blanco, los pechos desnudos, el rostro de su amado duerme y las mariposas aletean.

La flaqueza de un Adonis.

Abarcaba tanta belleza, tantas mujeres, tantos deseos ajenos, su cuerpo era objeto, un premio para el gusto de muchas, siempre se preguntaba así mismo: ¿porqué he sido dotado con esto? , con su cuerpo perfectamente diseñado y su rostro angelical de ojos penetrantes donde escondía toda su tristeza, queriendo escapar de todo aquello, de toda obligación, no conocía lo que era el amor puro, lo que era el amor por una sola mujer, todas aquellas deseaban poseer su cuerpo en blanco, no les importaba lo que allí dentro habitaba, un ser en pena, deseoso de escapar, de conocer lo que realmente se estaba perdiendo, la flaqueza de este pobre Adonis lo destrozaba día a día cumpliendo deseos solo por dinero, dinero que su familia necesitaba, pero que él no, hasta que un noche escapó de la vida rutinaria que tanto lo agobiaba, su hermoso cuerpo se convirtió en estatua de mármol y sus ojos finalmente pudieron dormir.

Cuestionándose .

¿Porqué sus ojos eran tan azules?, a veces se convertían en las grises sombras de dos perlas, ella, pobre de ella, se sentía perseguida por la presencia de aquellos, cuando el deseo de que la recorran la mataba, cuando aquella anatomía delgada se alejaba, ella solo lloraba con desgarro entre sus dedos, eran esos ojos los culpables de su ardiente sufrimiento, los culpables de las llagas de su amor, cuando ese amor no es correspondido, no es delicado y tampoco es impulsivo.

De ese amor, es amor.

De ese amor de antes, de ese amor tan puro, infinito, precioso sin estereotipos, de ese amor sonriente, de ese amor con dulzura, con caricias, con carne, con sangre, con alma, que duele de la mejor manera posible, de ese amor que rascuña para unirse, de ese amor de antes, de ese amor que yo espero encontrar, el ángel que me cuide, me protega, me ame cuando mi dolor ya no pueda solo y se sienta vencido, ese amor, sus manos, sus besos, sus caricias y sus palabras, consuelo para volver a la vida. 
Dolor que me pesa saber que todavía no te tengo.

Mary Louise : "La rebelde".

Fines del siglo dieciocho,  la historia de una joven inglesa llamada Mary Louise que desde muy pequeña demostraba una gran fascinación por la literatura , los libros, única hija de un pastor viudo, su madre le había enseñado a escribir y a leer a la edad de cuatro años, al morir la misma, cuando Mary Louise tenía siete años, su padre quemó todos los libros que había en la casa, le recordaban a su esposa, Mary Louise, triste al no poseer ni siquiera uno de aquellos, sufría mucho al no poder sumergirse en aquellos pequeños e interesantes mundos, su padre la maltrataba obligando la a limpiar y a cocinar, su vida era miserable.
Al cumplir los dieciocho su padre la propuso en matrimonio a un rico abogado de cuarenta años, su vida no podía ser peor, la primera reunión en la cual conoció a su futuro esposo, un hombre muy poco agraciado, de estatura muy baja y regordete, Mary se quería morir, no podía ser que su padre la casara con semejante hombre, entre tantas charlas, Mary Louise aburrida escuchando como aquel hombre arrogante se adulaba así mismo, la admiración interesada de su padre, no sentía más que asco por aquellos dos hombres, pero cuando el desagradable hombre mencionó que en su casa poseía una enorme biblioteca , regalo de sus padres, a Mary Louise se le iluminó la mirada y se ingenió un plan para poder llegar a aquella biblioteca casándose con ese hombre y sin llegar a tener encuentros íntimos, su plan comenzó esa misma noche.
Una semana después se casaba, para no consumar se inventó una enfermedad sexual que había leído en un libro de medicina cuando era pequeña,  él acepto y por ende dormiría en cuartos separados,
Todas las noches ella se escabullía hacia la biblioteca y con una vela en una mano devoraba un libro tras otro.
Su "gran" esposo al no tener relaciones con ella , visitaba burdeles de categoría para saciar su asqueroso apetito, el padre de Mary Louise era feliz recibiendo dinero de su yerno y no le importaba lo que aquel hiciera con la joven.
El plan de Mary Louise funcionó aquella noche de invierno, aquella noche en la que su esposo dormía profundamente a causa del alcohol y el ejercicio con prostitutas, se escabulló hacía el salón de reuniones de la casa donde él guardaba el dinero en un cajón de una mesa de caoba, con sumo cuidado saqueó el dinero que necesitaba y lo puso en una bolsita, todo dormía y Mary Louise escapaba de aquel infierno junto a su maleta , el dinero y un par de libros que le serían útiles para comenzar su nueva vida.

Tomó un barco, emigró a otro país desconocido, trabajó como mesera mientras estudiaba para maestra y vivía en un cuartucho inmundo, con el tiempo comenzó a dar clases en una pequeña escuela, los niños la adoraban,  nunca se casó, tuvo romances pero casarse nunca sería lo de ella luego de aquella experiencia, nunca la pudieron hallar ya que cambió su nombre al llegar aquel nuevo país, una tarde de otoño, ya muy anciana con un libro en su regazo dejó este mundo no como Mary Louise sino como "Annette Richards" pero por dentro siempre sería Mary Louise : "la rebelde".

Entre sus redes.

Brazos, ramas, dedos delgados, raíces en brote, una red de telaraña, que atrapa presa deseosa de su carne penitente, ardiente de su boca, noche, niebla, muere en su ternura por un tiempo.

Vengar lo marchitado .

Donde hirvió una vez ya se encuentra vacío, destrozarla fue su elección, dejar su cuerpo marchito de dolor, un hueco, perforación preferida de los débiles a amar, no le importó, aquella mujer su juguete preferido para aniquilar, su espíritu, donde irradiaba la luz, pero del todo no lo logró, un día aquella arrancó ese corazón podrido, negro, de latido artificial y lo arrojó a donde los demonios perduran en penitencia. 

¿Cuándo? .

Amor, todavía no sabes que mi mano muere reclamando la tuya, entre las sombras no puedo verte, tan solo sentir ese pequeño roce entre nuestros dedos, el contacto anhelado, conocerte y sentir aquel suspiro de vida porque me encuentras y el romance vaga finalmente entre nosotros.