domingo, 15 de octubre de 2017

Ante un desespero.




En la paz de aquella marea se ha quedado, pensativa, dubitativa, llorando a esas heridas que en su espíritu han sido esparcidas, donde el dolor era manto en consuelo y sus manos un instrumento del flagelo, su llanto de estruendo cubrió el cielo de negro y ha logrado así marchitar el veneno.

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