Poseída por aquella ventana se encuentra, su soledad hambrienta llora entre las lineas de sus venas, intentando encontrar detrás del cristal una mirada, una mirada que la embriague plenamente, la plenitud que tanto desea sanar en aquellas llagas que viven en sus pensamientos, aún con el rostro pegado al cristal permanece, aquel no aparece, pero no importa ella permanece, solo, permanece.

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